"No soy lo que escribo...Soy lo que lees en mis lineas "
los caminos de la imaginación.
"La Magia radica en sus líneas y textos que transformar personas del común y personajes urbanos ,en héroes y heroínas algunas igualmente cotidianas. En el poder de cambiar la peor de las realidades , en la más Mágica experiencia que impacto los sentidos".
Todo escritor , requiere un simbolismo algo así como un Talismán , el de GABO Las flores amarillas, creería que simbolizaba" la Inspiración", "las Musas" identificaba con las mujeres y preferibles las Rosas amarillas, el color de su tierra, Las Mariposas era la Magia, el misterio la premonición que antecedía a sus personajes, el recuerdo de su tierra y sus Ancestros....
"Mientras haya flores amarillas nada malo puede ocurrirme. Para estar seguro necesito tener flores amarillas (de preferencia rosas amarillas) o estar rodeado de mujeres”, apuntó alguna vez el autor.
García Márquez volvió a las flores amarillas su objeto supersticioso.
Era sabido que era imprescindible para Gabo que en su escritorio, donde se sentaba a escribir, hubiera flores amarillas.
En el jardín de la casa de sus abuelos maternos en Aracataca volaban mariposas amarillas.
La mariposa amarilla que menciona Gabriel García Márquez en su obra es la phoebis philea que se encuentra en lugares cálidos, las cuales viven aproximadamente mes y medio en el estado adulto.
Todo escritor , requiere un simbolismo algo así como un Talismán , el de GABO Las flores amarillas, creería que simbolizaba" la Inspiración", "las Musas" identificaba con las mujeres y preferibles las Rosas amarillas, el color de su tierra, Las Mariposas era la Magia, el misterio la premonición que antecedía a sus personajes, el recuerdo de su tierra y sus Ancestros....
"Mientras haya flores amarillas nada malo puede ocurrirme. Para estar seguro necesito tener flores amarillas (de preferencia rosas amarillas) o estar rodeado de mujeres”, apuntó alguna vez el autor.
García Márquez volvió a las flores amarillas su objeto supersticioso.
Era sabido que era imprescindible para Gabo que en su escritorio, donde se sentaba a escribir, hubiera flores amarillas.
En el jardín de la casa de sus abuelos maternos en Aracataca volaban mariposas amarillas.
La mariposa amarilla que menciona Gabriel García Márquez en su obra es la phoebis philea que se encuentra en lugares cálidos, las cuales viven aproximadamente mes y medio en el estado adulto.
Luego de esta pequeña revisión, llegue a la conclusión que ser escritor es tener el Talento de Narrar historias, de acomodar o mejor transformar la realidad que en algunas ocasiones se torna tortuosa, por los canales de la Imaginación. Bien se ha dicho que un Escritor es un gran mentiroso,muchas veces se espera que su vida este reflejada en sus lineas y sea parte " La comidilla diaria", como los diarios sensacionalistas, sin demeritar este tipo de literatura.
El Escritor- El Escribano
Creadores de mapas grafológicos, estandartes y guías, que logran con su Talento ,creatividad impactar los sentidos , promover valores como la PAZ ,simbolizados en Rosas y Mariposas Amarillas en un entorno Rojo por la Violencia. Pensantes transformadores del mundo, con son locas ideas diferentes, expresadas en un Papel en Blanco.
LIBERTAD A LOS PRESOS MENTALES(AMOR PSICÓTICO)
LIBERTAD A LOS PRESOS MENTALES(AMOR PSICÓTICO)
Cuando recuerdo un Escritor, a mi mente llega la imagen de aquel Ermitaño con Barba, definitivamente en límites de la locura, igualmente amado como criticado por muchos.
Curiosamente, cuando mandas el Bomba que esto es lo que quieres, muchos me dicen que hay muchas formas de ganarse la vida, mucho más sencillas y reales. Seguramente así sera, con la resistencia inicial que se le tiene a los músicos y a los artistas en general.
EL POR QUE Y EL PARA QUE
El panorama se torna turbio cuando dices que quieres ganarte la vida con libros, el apoyo real lo recibí de mi Madre, una mujer realista como ninguna , " Los más afamados escritores reconocidos, que he leído o gozan de cierta fama o prestigio , no puedo decir que conozco, porque ya están en mejor vida ( muertos),y murieron pobres", esta curiosa pero acertada apreciación de mi Progenitora, fue un echo definitivamente irrefutable y para nada alejado de la realidad.
La pregunta del millón, cuando decides tomar el Tortuoso camino de escribir... Que todo el que se decida debe tener claro, es su mapa guía.
Personalmente mi interés no es la fama, el reconocimiento o el poder... Definitivamente terminaría quizás esperando ser reconocida.
La gran mayoría de Poetas y grandes maestros literarios han muerto en el anonimato y la pobreza, sus obras son póstumas". De allí que el realismo fantástico de "GABO ",me cautivo.
Asumir esta profesión con la seriedad de ser un estandarte de vida, es de valientes , locos y sobre todo soñadores con pasión.
“Uno se puede hacer escritor al mismo tiempo que uno se hace carpintero.”
Eduardo Muslip
Eduardo Muslip
“Si nada en el mundo le importa a uno tanto como robarle tiempo a lo que sea para sentarse frente a una computadora y darle a las teclas hasta que aparezcan las palabras precisas, hay posibilidades.”
Claudia Piñeiro
Claudia Piñeiro
“Entre nosotros, hay picos de originalidad y genialidad muy altos, pero también hay pozos insondables de chapucería, improvisación y chantada.”
Carlos Gamerro
Carlos Gamerro
“La literatura, como la entiendo, por más o menos talento del que se disponga, es siempre un oficio.”
Guillermo Saccomanno
Guillermo Saccomanno
“El escritor debe ir siempre en contra de su habilidad. De manera que estos textos que parecen tan redondos y buenos son en realidad falsos amigos.”
Fabián Casas
Fabián Casas
“El escritor mira el mundo, se mira en el mundo, hurgando en lo común, encontrando en lo común lo extraordinario.”
Hernán Ronsino
Hernán Ronsino
“Querer ser [escritor] es un capricho. Uno es lo que es y lo que no es.”
Laura Meradi
Laura Meradi
“Ser escritora era mucho más que publicar un libro, y por eso nunca sentí apuro en publicar.”
Sylvia Iparraguirre
Estos son Algunos de los apartes de algunos escritores , cuando se aborda a la amañada e insistente pregunta, ¿Un escritor nace o se Hace?, recientemente leí un articulo sobre esta difícil vocación del cual anexo unos pequeños apartes..
¿basta el puro talento, y sin él nada se puede, o por el contrario hay un oficio de la literatura, que el trabajo puede enseñar? ¿Cuándo puede uno afirmar que es escritor?
¿Hay un don que se recibe de antemano, o es trabajo y más trabajo lo que logra hacer de alguien un escritor? Pregunta simple, que de modo velado o directo, se ha hecho o le ha sido formulada alguna vez a todo el que ejerce el oficio de narrar. Un interrogante que se plantea, con cierta angustia o ligera curiosidad, cualquier persona que comienza a escribir o que hace años que está escribiendo sin acceder por esa tarea a una valoración pública: la que va más allá de su círculo íntimo de amigos y parientes. ¿Cuándo puede uno afirmar que es escritor? Con esta pregunta asoman otras que registran el anhelo, la necesidad de obtener certezas, indicadores de no estar equivocando la apuesta: ¿existe algo que pueda distinguir a una persona que escribe con regularidad de un narrador?
A diferencia de lo que ocurre en otras disciplinas artísticas, en las que determinado título, sin dar garantía de talento, habla de una formación adecuada para lanzarse a ejercer —hay facultades o escuelas de Bellas Artes, cinematografía, música, actuación, diseño, danza—, no hay escuelas que puedan dar título de escritor, ni la facultad faculta para serlo. Letras da egresados en Letras, licenciados, doctores. No escritores. Si contabilizamos los casos de narradores que han cursado estudios académicos, nos encontraremos con una minoría. La mayoría proviene de otras carreras universitarias, sin autodidactas, o formados con la guía de un maestro, o han salido de talleres privados. No hay ninguna institución que además de herramientas y recursos pueda brindar la “chapa” de escritor.
Esto parece dar lugar a una tierra de nadie, en la que todo queda librado a los escrúpulos de quien la transita. Nadie se acercaría a un bailarín de ballet para decirle “¡yo también bailo!”, porque está claro que ese bailar no se refiere a ir a una discoteca cada fin de semana, o contorsionarse en alguna habitación al son de melodías más o menos apropiadas. Sin embargo, el hecho de poder manejar apenas las sintaxis y la gramática de un idioma parece habilitar a cualquiera a decir “yo escribo”.
Entonces, escribir no es ser escritor, muy bien. Pero se es escritor escribiendo. No hay otro modo de serlo. No el lector más voraz podrá ser escritor si no ejerce el oficio. ¿Se es escritor siéndolo? Algo así. Ésta es la especie de absurdo o paradoja que acomete con insistencia a una gran parte de los iniciados en la práctica de la escritura. Y aunque cuando uno ya está plenamente convencido de que es un escritor suele olvidar esta pregunta, la mayoría pasa por ella en algún momento, o la mayoría hemos sabido que no necesitábamos respuesta a ella, que lo éramos, éramos escritores, aun mucho antes de que alguien nos nombrara así.
Pero la inquietud existe y seguirá existiendo, manifestada cotidianamente no sólo por aquellos que se dedican o quieren dedicarse a la práctica de la escritura, sino también por muchos lectores, interesados en las biografías de los autores que los han deslumbrado con sus cuentos o novelas. Para aportar un poco de luz al asunto, teniendo en cuenta, incluso, que el mejor modo de dedicarse a escribir es relativizando la importancia de una validación a esa práctica, La balandra ha salido a buscar la opinión de un grupo de notables narradores argentinos. Y el resultado es alentador. Una pregunta tan naif o inútil para algunos, resulta refrescante por lo que remueve: la propia historia de cada escritor.
Sylvia Iparraguirre
Gabriel García Márquez, el maestro del realismo mágico
"Pocos escritores alcanzan una extraordinaria reputación literaria y una aún mayor popularidad. Uno de los más grandes del siglo XX, el novelista, periodista y ganador del Premio Nobel, Gabriel García Márquez, falleció el jueves a los 87 años de edad."
Gabriel García Márquez murió adinerado y amado, luego de pasar sus años mozos sin fama ni riqueza. En la plenitud de su vida, fue un estadista latinoamericano que caminó por Cartagena de Indias, por la costa caribeña de Colombia, usando una guayabera y pantalones color crema, y que era conocido por todos en la ciudad, pero —y esto es importante— que no había sido mitificado como un gigante de la literatura.
En lugar de ello, él entró en el folclore de su nativa Colombia tropical, con el apodo de El Nobel, y con historias acerca de la bella mujer local con la que bailara toda la noche en carnaval, y que perdió sus zapatos, solo para se los devolvieran intactos a la mañana siguiente.
Probablemente sea sabio ignorar la tragedia de su fallecimiento y disfrutar de la tragicomedia de sus narraciones.
Ese vértigo alucinatorio es precisamente lo que García Márquez hizo sentir a sus lectores. El se dedicó a traficar en una adicción benigna que lo sobrevivirá. Todos los grandes producen críticas. En los últimos años, se ha puesto de moda entre los jóvenes escritores de las letras hispanas criticar al Gabo.
Y, para muchos exiliados cubanos, García Márquez es aborrecible debido a su amistad con Fidel Castro, un resentimiento que no es difícil de justificar. Gabo me aseguró que él tenía muchas críticas que hacer al régimen cubano, pero que había elegido guardárselas porque consideraba que podría hacer más bien expresando sus críticas en persona a un amigo que asumiendo posiciones públicas que no hacían efecto alguno.
García Márquez sí eligió el papel de ser un intelectual público, una posición común en las letras hispanas. Esa era su naturaleza. Aunque su prosa es poética, él era en el fondo un animal político, o, más exactamente, un animal periodístico. No obstante, su reportaje estaba informado por su imaginación; uno podría llamarlo periodismo mágico.
Como narrador de ficción, su oficio es inigualable. Por desdicha, un estilo tan seductor produjo imitadores mediocres, y hay por ahí muchos Gabos de segunda. Y, aunque al ser leído parece como el torrente de un río caudaloso, no hay duda de que su oficio era exquisito, ese párrafo al día.
Tan pronto uno empieza a leer una de sus narraciones, es arrastrado a ella como por una corriente de resaca. Se siente como si no hubiera costado esfuerzo alguno. Y así es la obra de un narrador magistral. Los escritores latinoamericanos de su generación adquirieron una popularidad enorme, tanto que su emergencia fue bautizada con la palabra inglesa boom. Pero ninguno de ellos tiene el poder que tuvo El Gabo sobre el lector, y que siempre tendrá.
En las últimas décadas se supo que García Márquez tenía cáncer. Y, durante los últimos años, se supo también que su mente empezaba a fallar; algunos vieron esa debilidad reflejada en sus últimas obras, pero esas críticas ad hominem no se debieron haber hecho. Su muerte fue prevista, pero ¿qué muerte no lo es? “Vivir para contarla”, llamó él a su autobiografía. El la vivió, y él la contó.
A Gabriel García Márquez lo sobreviven dos hijos, sus nietos y su esposa, Mercedes, a quien él dedicó su novela sobre un romance interminable, “El amor en los tiempos del cólera”.
“Para Mercedes”, reza la dedicatoria, “por supuesto”.
ENRIQUE FERNANDEZ
El libro que puso al realismo mágico en el radar, más allá de la reputación que adquiriese en los círculos de críticos, fue “Cien años de soledad”, con su seductora mezcla de fantasía y crudeza. Sin embargo, años después, el escritor, ya habiendo obtenido el Nobel, confesó que estaba harto del libro con el que era asociado, y que prefería su contemplativa narración sobre las dictaduras latinoamericanas, “El otoño del patriarca”, o la maravillosa novela corta, “El coronel no tiene quien le escriba”.
Aun así, es fácil reconocer el estilo de García Márquez en todos sus libros, incluso en los que no son de ficción y en su autobiografía. Esta última, que narra las penurias del escritor colombiano durante sus años como periodista e incluye el principio de su amistad con Fidel Castro, contiene personajes de la vida real que aparecen y desaparecen de escena con salidas ocurrentes, dignas de Wilde o Shaw. Y en su novela biográfica sobre los últimos días de Simón Bolívar, una joven es llevada para pasar la noche con el general enfermo pero al estar éste demasiado débil para hacerle el amor, le dijo a ella a la mañana siguiente, que se va tan virgen como llegó, a lo cual ella responde: “nadie es virgen después de una noche con Su Excelencia”. Clásico del Gabo.
AGRADECIMIENTOS A ENRIQUE FERNANDEZ
http://la-balandra.com.ar/un-escritor-nace-o-se-hace/
FOTOS (ARMADA NACIONAL DE COLOMBIA-ARACATACA MAGDALENA)
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UNA ROSA Y UN LIBRO
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Si tratta di un evento patrocinato dall' UNESCO per promuovere la lettura, la pubblicazione dei libri e la protezione della proprietà intellettuale attraverso il copyright.
Il 23 aprile è stato scelto in quanto è il giorno in cui sono morti nel 1616 tre importanti scrittori: lo spagnolo Miguel de Cervantes (1547-1616), l'inglese William Shakespeare (1564-1616) e il peruviano Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616).
E voi come celebrerete, in questa giornata, i nostri compagni di viaggi, sogni e cultura? :)
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